Lebrija es única. Eso es lo que piensan muchos y lo mismo que yo pensé durante mucho años, hasta que un día por casualidad topé en internet con una Lebrija en Colombia. Me interesé por ella y me propuse a mí mismo visitarla algún día.
Lebrija fue explorada por Ambrosio Alfinger en torno a 1530 el cual, como Gobernador de Coro, fue el primero de los conquistadores españoles en pisar las tierras de Santander a través de la región del río Lebrija.
El 3 de octubre de 1876 se constituyó la municipalidad lebrijense, la cual adopta dicho nombre en honor a Antonio de Nebrija.
También se le denomina la capital de la piña de Colombia. El gentilicio para los naturales de esta localidad homónima es el de lebrijense, en lugar de lebrijano
Dentro del Departamento de Santander se sitúa en la provincia de Soto, de las seis del departamento colombiano. A su vez, Santander se divide en ocho núcleos de desarrollo provincial por el Gobierno, estando este municipio adscrito al núcleo provincial del área Metropolitana.
Lebrija dista 500 Km de la capital colombiana, Santa Fe de Bogotá, y 18 Km de la capital departamental, Bucaramanga. A 3 Km de Lebrija se encuentra el Aeropuerto Palonegro Lebrija.
Limita al Sur y el Este con el municipio de Girón, al Oeste con el de Sabana de Torres y al Norte con el de Rionegro. Tiene una superficie de 549,85 Km2, encontrándose a 1.050 msnm.
La Lebrija de Colombia es un municipio de los 87 del Departamento de Santander, al noreste del país, siendo la capital del mismo Bucaramanga. Este municipio está considerado de cuarta categoría, de las siete en que se clasifican en este país a las municipalidades atendiendo a su población y recursos.
Recordáis que cuando pasé por Bucaramanga, la gente me preguntaba constantemente porqué me había dado por visitarlos, pues no es nada turístico. La razón fue exclusivamente que era la ciudad más importante cerca de la prácticamente desconocida Lebrija.
Así que me monté el bus hasta Lebrija en un bonito trayecto de 45 minutos subiendo el valle del río de Oro.
Cuando llegué, me encontré con pueblecito super curioso, con bastante vida en la calle, muchas tiendas, y puestos de comida. Gente de arriba a abajo, con bolsas viniendo del mercado, haciendo la pausa del colegio.
La vida cotidinana de un ciudad muy tranquila.Quizás demasiado tranquila...
Así que cruzando la plaza principal me encontré con el ayuntamiento, llamado aquí "Palacio municipal". Quise preguntar por la oficina de turismo, pero nadie sabía a qué me refería exáctamente. Claro, no tienen turistas. Me esforcé en nuestra propia lengua materna común en hacerme entender explicándoles que simplemente me intesaba por datos generales de la ciudad: cómo y cuándo se fundó, cuántos habitantes tiene, cuál es su principal fuente económica, etc.
Les expliqué que era yo de Lebrija (España) que me interasaría saber más de Lebrija (Colombia).
Pero cuando me iban a hacer pasar al piso superior, alguién cayó en la cuenta que yo iba en pantalones cortos y en Colombia (como en otros países de Latinoamérica) está terminantemente prohibido la entrada a edificios oficiales con tal indecoroso atuendo, así que alguien me tomó los datos personales y prometieron que me lo enviaran todo por mail. Todavía los estoy esperando...
Así que sin nada de información y rechazado por mi shorts, me puse a caminar sin prisas ni rumbo fijo por la ciudad.
Lo que me me lamó la atención desde los primeros momentos fueron los negocios. Prácticamente como mi Lebrija en los tiempos previos a la crisis económica.
Y lo más curioso de los comercios eran que muchos llevaban el nombre de Lebrija. Podía leerse "Lebrija" casi en cada calle. Ya fueran panaderías, mercados, papelerías o farmacias. Todos le ponían el mismo nombre: Lebrija.
Por ejemplo, "el" Hotel. Posiblemente el único alojamiento público.
Mercados, supermercados, pequenas tiendecitas, panaderías... Todo lo necesario para el día a día y todo con el nombre de Lebrija.
Éste es mercado central, que sí distaba bastante de la plaza de abasto de mi pueblo.
Hasta tienen su casino, que en mi Lebrija es punto de encuentro de señores mayores.
Junto a la que podemos encontrar, por supuesto, la Lebrifarma para los que necesitan comprar medicinas.
Y estando Colombia, no podía falta el "Super Drogas" para lo que quieren comprar un esmalte de uñas...
Y no pueden faltar las promotoras inmobiliarias. ¿Qué sería una Lebrija sin ellas?
Y para los capillitas, la Iglesia San Pedro Apóstol.
Para la voz del pueblo, la otra Radio Lebrija
Y para los que quieren dar fe, la notaria: la única de Lebrija.
Una curiosa anécdota fue cuando yo estaba en mi mundo haciéndole todo aquello que yo veía curioso con el nombre de Lebrija, como a los buses, o a esta moto, y de pronto una señora se me acerca con una cierta mezcla entre preocupación, curiosidad e indignación para preguntarme porqué le estaba haciendo fotos a esa moto. Le expliqué de dónde venía y todo lo demás, y se quedó más tranquila. Resulta que la moto era de su hijo, y ella quería saber en qué líos andaba el chico metido.
La señora estaba comprando en un pequeña tiendecita de abastecimientos y me adentré en ella para seguir hablando con ella. Cuando se fue, el dueño del negocio me seguía preguntando cosas sobre mi Lebrija y mi viaje. Insistió en ofrecerme un refresco mientras conversábamos.
El buen hombre estaba fascinado por la curiosa existencia de otra Lebrija y me preguntaba constantemente por las diferencias entre las dos formas de vida. Cuánto cuesta un carro, cuando es un salario medio, qué se produce allí, qué te trajo a Lebrija, etc... Una buena persona y un grato recuerdo.
Seguí con mi visita por Lebrija y me encontré con el colmo de similitudes: una Tienda Nueva... ¿Qué más queréis? ¿Un Bar Anselmo?
El resto del pueblo es como digo bastenate normal. Muy colombiano en terminos genereales.
Tiene sus fiestas populares,
Y su prohibiciones que, por supuesto, todo el mundo ignora.
Del resto del pueblo, no hay mucho que resaltar, pero me encantó caminar durante horas por sus calles.
Siempre hay algunas cosas fijas que me gusta visitar de cada sitio al que voy. Suele ser algo muy banal y aparentemente sin importancia para el resto de los mortales, pero es algo que me gusta hacer porque en cada sitio se ve un signo característico del lugar en concreto. Se trata de los mercados centrales y los cementerios.
Encontré el camposanto de Lebrija por pura casualidad y no dudé en entrar, a pesar que en teoría estaba fuera de los horarios de visita. Pero la puerta estaba abierta y se veía gente de visita también.
No sé si han copiado el modelo de cementerio, pero los cementarios de las dos Lebrija son muy parecidos.
A vosotros os puede sonar a tonterías, pero yo he visto muchos otros cementerios en Latinoamérica y no vi antes ninguna tan parecido al cementerio de mi Lebrija.
Viendo la estructura de las calles, la decoración floral, las lápidas. Me sentía como en el cementerio de mi pueblo natal. Incluso de alguna fotos nadie podría decir que el difunto no iba todos los años a cantarle a la Virgen del Rocío...
Y es que Lebrija, en Colombia, también es muy rural...
Aquí podíes echar un vistazo a la página de la Lebrija colombiana, y ésta es la de Lebrija española.
Espero que os haya gustado. Con todo el cariño y respeto para todos los lebrijano y lebrijenses.
Javier Rosado