viernes, 9 de noviembre de 2012

Catedral de Sal de Zipaquirá (Colombia)


Durante mi estancia en Bogotá, fui con Carolina, Mario y Nathan a Zipaquirá, un municipio a 50 km deBogotá, para visitar la famosa mina de sal.


Podría contar mucho, la verdad, pero me habéis pillado en un día en que no ando muy motivado, sabéis?

Así que si alguien saber más de la mina, ya sabe...

http://es.wikipedia.org/wiki/Catedral_de_Sal



 Yo sólo os comento mi parte personal.

Fue mi primera experiencia de viaje con Carolina. Una de muchas, y espero que una de miles.


He mandado a retocar la foto para que parezca como si yo tuviera patas de gallo y Carolina no llevara su típica máscara de barro.

No visité la catedral por culto sacramental precisamente, ni por ser un reclamo turístico. Tenía curiosidad por ver algo así.



Pero fue bastante decepcionante, pues realmente sí es bastante turístico y comercial. Para ir al baño , básicamente tienes que pasar por una galería llena de tienda con productos hecho de sal y otras tonterías artesanales.

Hasta ahí llego a entender, pero las palomitas de maiz??? Eso es pasarse, no?

Para mi club de fans internacional, la lista de sinóminos de las palomitas de maiz ó popcorns: millo, rositas de maíz, pochoclos, pururú, pop, canchita, canguil, pororó, cotufas, gallitos, poporopos, crispetas, maíz pira, chivitas, cabritas de maíz, maíz tote, pipocas, rosetas, rosas, roscas, tostones, o cocaleca.
 
 
En sí el recorrido por la catedral, enorme por cierto, es bien bonito e impresionante.


Con la entrada (20.000 pesos colombianos/8.65 €) nos obligaban a ingresar en companía de un "guía" que nos explicaría todo durante el recorrido, que representa el Via Crucis de Jesús con sus diferentees estaciones.

Un perro lazarillo nos hubiera contado más cosas y con más motivación.

Dios, que persona más desmotivada. Y encima nos iba explicando las cosas que podríamos leer claramente. "Aquí Jesús cae por primera vez..." Ya , yo también lo estoy leyendo como tú...



Las luces con diferentes colores y tonalidades que se iban alternando sobre la sal era algo que sí merece la pena presenciar.


 Al menos, estábamos en buena compañía, y nos tomábamos la incompetencia del guía con buen humor, eso sí, nos iba recordando en cada estación que al fondo, tras la pared que veíamos se encontraba la tienda del museo y una galería comercial que merecía la pena visitar. Eso cierto...era una verdadera pena visitarla.


Tras la visita, podíamos quedarnos el la catedral y seguir por nuestra cuenta.
Tiempo para rezar...
 

 Pelota nuestra.
que estás en la cancha,
 santificado sea tu cuero. 

Vengas a nosotros,
justo al pecho. 
Hágase tu voluntad en penalties
como en tiros libres.
Dános hoy nuestro pase 
de cada día.

Perdona nuestros punterazos,
como también nosotros 
perdonamos a quienes 
te tiran sobre el travesaño.
No nos dejes caer 
en la tentación de 
mandarte a la tribuna

y líbranos del mal fútbol. 

GOL.


Cuando salimos, caminamos de vuelva por el centro de Zipaquirá y fuimos a comer algo los cuatro juntos. Un almuerzo típico costaba sólo 4.000 pesos, unos 1,75€. Incluye sopa, juego y plato principal. Ya os mostraré algunos más.



Cortito este post, verdad? La catedral no da para más...

Un saludo

Javier

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